我不是一个先知 (No soy ningún profeta)

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Bajo de la camioneta que me llevo desde Sapa a Lao Cai y lo que había arreglado al subir ya no contaba. El chofer me baja en la estación de trenes cuando yo tenía que ir a la frontera entonces, 2 noticias. La buena es que queda cerca, la mala es que solo tengo 30.000 dons. Busco una moto que me lleve y me quiere cobrar 40.000. Regateo. -“Final Price” 30.000. Me niego y arreglo por 20.000.

Ok, frontera. Salgo de Vietnam y a la pasada me ofrecen cambiarme unos U$D por dinero Chino. No acepto por desconfiado. Cruzo el puente y llego al paso Chino. Ciudad de Hekou. Entro y tengo que escanear el pasaporte en una maquina para que la me salga completa la “arrival card”. Hasta acá, todo prolijo. Llego al escritorio donde esta el oficial de frontera, acompañado por otro con cara de amigo. Ingresan algunos datos, se preguntan entre ellos. Prueba el otro y después viene un 3er oficial. Ninguno habla ingles.

Viene una mujer, agarra mi pasaporte y me pide que la siga a una oficina donde aparentemente guardan sus cosas, descansan y hacen algunos papeleos en unas computadoras que hay ahí. La mujer se lleva mi pasaporte y me pide que la espere. Espero unos 10 minutos y vuelve. Me pide que la siga hasta donde esta otro oficial, de nuevo para hacer el ingreso. Prueba un par de veces y nada. De vuelta a la oficina. Ahora, ya no se bien que esta pasando. Aparentemente algún problema con el pasaporte o no saben como ingresar alguna cosa. Se ve que no es muy común ver pasaportes raros en este paso. Siempre comunicándome a las señas. En eso, viene un oficial y me habla en un ingles básico. Me da un poco de charla y me pregunta algunas cosas. Parece amistoso así que le sonrío todo lo que puedo pero la verdad, no entiendo bien que esta pasando y medio que ya me estoy psicopateando un poco. Espero otro rato, charlando un poco y me ofrece agua. Acepto y esta caliente, como para un te! Hace un calor tremendo pero igual bebo unos sorbos como para no ser descortés.

Viene la mujer de nuevo con mi pasaporte y me pregunta con que dedo puse la huella dactilar. Ok, por lo menos ahora sé que es lo que están tratando de averiguar. Como no tengo idea cual dedo era, hago ta-te-ti y elijo el pulgar derecho. Tiene que haber sido ese. Me piden que ponga el dedo en tinta y les imprima una huella en un papel en blanco. Se llevan el papel y mi pasaporte. Mientras sigo hablando de cualquier cosa, pienso que estarán por hacer con eso y mi imaginación solo me daba para 2 opciones: o la maquina no les leía las huellas por el film que tiene pegado el pasaporte o las huellas coincidían con algún fugitivo internacional o algún enemigo de la patria. No me dieron tiempo a pensar más opciones cuando entra la mujer con mi pasaporte y 4 oficiales más. Viene el 5to más atrás. Dejan las gorras arriba de un armario y me piden para ver que tengo en la mochila. (Uh, no tengo nada raro pero para que me hacen desarmar todo si después tengo que pasar por un scanner como el de los aeropuertos? No lo pienso demasiado para no ponerme nervioso… lo peor que podría hacer es ponerme nervioso aunque la situación resultaba tensa). Desarmo hasta la mitad y me devuelven el pasaporte. Saque las Lonely Planet pero no me las confiscaron (se dice por ahí y hasta esta escrito en la misma guía que en algunos lugares de China y especialmente en este paso se han reportado varias confiscaciones porque el Gobierno Chino las considera como divulgadora de secretos de la nación o algo asi…)  Se ve que estaba todo bien o que cuando saque la bolsa de la ropa sucia se desanimaron un poco y prefirieron no exponerse. Me piden que guarde todo y que vaya para el escritorio de migraciones.

Llegamos al escritorio, cargan los datos y paso. El pasaporte se lo queda otro oficial mientras dejo las mochilas en la cinta transportadora del scanner y todo bien. Lo sigue mirando otro rato. Sonríe, -Argentina, aha?. –Aha. Me lo devuelve y salgo del edificio.

Secuencia larga y paranoica pero ya estoy afuera con el pasaporte sellado.

Me ofrecen llevarme en moto (no me venia nada mal ir directo a la estación de colectivos pero no tengo nada de dinero Chino así que decido antes que nada ir a buscar una casa de cambio). Hago caso omiso y sigo de largo. Camino un par de cuadras por una calle comercial. Llego a una avenida y empiezo a buscar. Camino un poco y nada. Me meto en un hotel. -Ni hao! –Hola, do you know where I can find any place to change U$D into Chinese money? -… -Exchange –(meneo de cabeza y mano que apunta a la izquierda) – Ok, thank you.

Camino otro poco y me meto como a una tienda de electrodomésticos y de celulares. –Excuse me, do you… – Me hace que no con la cabeza antes de dejarme terminar y mientras que gesticula con la mano para que me vaya. Joya, ahora si que nadie me da bola.

Hago media cuadra y encuentro un Banco (cerrado, obviamente porque son como las 6 de la tarde). Sigo caminando y otro banco. Cerrado. Me meto en una joyería a ver si me cambian pero hasta ahí a los 3 que les pregunte en la calle, nadie me entendía. Saco 20 U$D y se los muestro para que me entiendan. Nada. En la joyería me dicen que en el banco puedo, en el cajero con la tarjeta. Uh, como le explico que el Banco Central Argentino no me deja sacar plata porque no tengo una cuenta en moneda extranjera. Está bien, no les explico nada y me voy con la cabeza gacha. Como le explico a estos Chinos que ni siquiera hablan ingles, una resolución que ni yo entiendo por qué esta vigente! Bueno, esa tal vez sea otra historia.

 Camino como 4 o 5 cuadras a la redonda y nada. Todos me dicen que vaya al cajero automático pero ni me les acerco porque es perder el tiempo. Ok, pienso en sacar un adelanto con la tarjeta de crédito pero tomo coraje y sigo buscando una casa de cambio. No puede ser que no haya.

Entro a otro Hotel, agencia de viajes, negocio de celulares  y hago el mismo “acting”. Me dicen como todo el mundo que  tengo que cambiar en el Banco pero obviamente no abre hasta el otro día. Empiezo entonces, a aplicar el plan B y busco un lugar para pasar la noche. Tiene que ser barato y dejarme pagar con tarjeta o esperarme hasta el otro día que cambie algo. Pregunto en el primero que me parece acorde (veo en la entrada un cartel y lo único que identifico entre muchas palabras en Chino que dice 35/50/75). Paso y pregunto primero si puedo cambiar plata. Obviamente no me entienden. Les muestro el billete y llaman a una mujer con cara de pocos amigos que esta en la esquina con una cartera. Genial, un “arbolito”. Me mato con el cambio pero por lo menos ahora tengo algo de plata como para cenar.

En el hotel el dueño solo habla Chino y me lleva a una habitación en el primer piso con 2 camas. Decente. Me hace señas de 50 y le digo que no, que 35 y que le voy a pagar al otro día. Me hace una cara como si hubiese chupado un limón. No me entiende. Llama por teléfono y viene otro, a los gritos. Remera de algodón verde bastante transpirada, sobre todo en la zona abdominal y gorra azul. Se ve que llamaron al que sabe ingles. No le entiendo bien pero empezamos a comunicarnos. Me escribe en un papel y yo le contesto como puedo. Preguntas de rigor y todo bien. Sonrisa y buena onda. Le digo que vi en el cartel que salía 35 (no tenia ni idea, porque estaba en Chino pero le calcule que podía ser el precio. Capaz que era cualquier cosa, sin embargo me mantuve firme en la postura) –Ah, 35? Follow me –Ok. Agarro las mochilas subo otro piso y hay una habitación, la 303 con una sola cama. Un poco menos decente pero esta bien para una noche. Tiene aire acondicionado y una tele (blanco y negro o más bien, verde y blanco) mesa de luz, una lata por cenicero y 2 toallas bastante usadas. Tacho de basura y algunas perchas a pesar que no hay donde colgarlas. El baño…bueno, ojala que no tenga que usar el baño.

El de la remera verde se queda conmigo y me sigue escribiendo en el papel. Buena onda, pero ya me gustaría que se vaya a hacer sus cosas y me deje un rato solo después del día que había tenido. Se queda, me pide el pasaporte porque parece que la policía se los pide al dueño del hotel y se lo tengo que dejar hasta mañana. Ok, ya no tengo muchas opciones.

Le agradezco y le digo que tengo hambre que en un rato voy a salir. –Oh, go now. I show you to eat cheap (escribe en el papel) –Ok, lets go. (Quiero ser simpático o no se que cosa.. entonces voy) Me lleva a una especial de “Fast food” pero Chino, ese en el que comen los locales. Bandejas con comidas completamente desconocidas hasta que por ahí veo algo conocido y lo pongo en un platito. Un huevo, una especie de papas cortadas finitas y tofu. Pido arroz (que acá es como si fuera el pan). Palitos en la mano derecha y arranco. No esta tan mal la comida pero lo que yo creía que era tofu, me parece que son lonjas de pato o de algún otro plumífero. Listo. Panza llena pero el loco sigue ahí. Me mira comer y me sigue anotando en el papel. No tengo idea donde va a terminar esto.

Lo saludo y salgo caminando para el otro lado. Me sigue y me dice que el hotel es en la otra dirección. –“Ya sabia, mira si me voy a perder en media cuadra” le digo en perfecto castellano – Mmhh? Y este también me hace la cara como de haber chupado un limón. Le señalo una despensita y me lleva a otra que parece ser mejor. Compro agua, papel higiénico, jabón y algo que parece ser dentífrico pero esta escrito en Chino toda la vuelta. Le hago señas como que me lavo los dientes y confirmo con su gesto de aprobación.

Me acompaña hasta el hotel y me dice si quiero que me lleve a la estación de colectivos mañana en la moto, así que quedamos para las 8:30 y por fin, me saco la duda de que es lo que quería este simpático oriental.

Subo a la habitación y me siento. Respiro hondo, hago como que me calmo y prendo la tele. Novelas y más novelas. No encuentro donde están pasando la Eurocopa. Cierto que empieza mas tarde aunque igual engancho un canal que pasan un partido de ayer. Lo dejo de fondo para sacarle unas fotos a mi humilde morada cuando siento que alguien agarra el picaporte como para entrar sin golpear antes. Uh, que paso? (por suerte tome la precaución de trabar la puerta). –Yes? –chiung gen xhin go tuornh –Eh? -Yuan ghon che yench ga xhin go tuornh. (Cierto! estos no hablan nada de ingles! Pero quien cazzo es?) Cuento hasta 3 y abro. Es el dueño del hotel con el control del aire acondicionado en la mano para ver si estaba prendido. Hace un frio polar acá adentro, pero es preferible al calor de la calle y además ya tengo ganas de que me deje solo. –thank you –xiexie.

Listo. Ahora si, me despejo y escribo esto como para darle un corte final en mi cabeza. Tal vez no sea tan malo como se me presento hoy y seguramente todo se resuelva favorablemente si confío en mi suerte. Por alguna razón, la asociación libre me lleva a equiparar estas primeras horas en el grande del oriente con el cachetazo que nos dio India ni bien bajamos de ese subte. Lo bueno de este recibimiento Chino es que ya aprendí 2 lecciones. Lección 1: Nadie habla ingles. Lección 2: voy a tener que aprender a convivir con la paranoia y dejar de desconfiar un poco.

Ahora tengo, 68,5 yuans, 10.000 dons (0.5 U$D), la panza llena y un poco de sueño así que apago la tele, agarro el librito y me entrego a Morfeo así me despierto mañana dispuesto a recolectar mas historias.

La Vela Puerca – Por la Ciudad