Ya esta en el aire

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Mitad exacta de mi viaje según el calendario, 100 días de mochilas pesadas  y corazones contentos. El mapa arroja un balance altamente positivo: 6 países, 34 ciudades y 29.529 km recorridos en avión, tren, bus, mini bus, auto, barco, lancha, tuc tuc, bicicleta y caminando. El blog que me permite y me obliga a parar y pensar, volcar lo que me sale ha recibido ya casi 6000 visitas, desde 19 países distintos. Hay además, 57 personas que cada tanto reciben un mail con algunas líneas que escribió alguien al otro lado del mundo. Sin palabras más que las de agradecimiento a quien alguna vez paso por aquí y para quien se queda cada vez.

Y si, como era de esperar… maratónico cruce de Vietnam. De sur a norte, de mas occidentalizado a mas oriental. Es solo un país, pero con mucho para descubrir. Una parada obligada para cualquiera que venga al Sudeste Asiático. Ciudades atestadas de gente y sus costumbres, motos y olores. Mirar para arriba y mirar para abajo. Lunas y soles. Religión, culto, arroz en terrazas y en platos. Palitos, sabores, modernidad, mística y tradición. Cerca de Hanoi esta Ha Long Bay, uno de esos lugares turísticos. Ese, el de los “Packed Tourists”, con estructura internacional patrocinada por Unesco, lleno de fotógrafos aficionados, lentes de sol y varios idiomas distintos. Es unos de esos lugares hermosos a los que no volvería. Definitivamente Hoi An y Sapa son mis lugares preferidos de Vietnam. No es que haya recorrido tanto pero de lo que vi, seguro fue lo que mas me atrapo. No creo que haga falta describir demasiado porque las fotos hablan por si solas.

No ahondar en detalles va a lograr evitar qe eme ponga demasiado descriptivo aunque debo reconocer que por estos tiempos me estoy vieniendo un poco mas reflexivo (A esta altura, no se que es peor). Hace unos días pensaba que aunque Nico se enojara con Yolanda (y un poco conmigo también), quien iba a decir que esos mapas que ella nos compraba para ir a la escuela hoy los íbamos a estar caminando. La verdad, a pesar de que tenia de todo el Batakazo no recuerdo haber visto alguna vez un mapa de Asia ni que ella haya comprado uno. Como mucho, algún planisferio con división política que Petete siempre tenia por ahí, o si no, terminaba yo en casa revolviendo la biblioteca para buscar esos que Mamá siempre compraba de mas (“para no salir a las corridas” –y tenia razón, nomas-). Salíamos del apuro siempre, pero el mapa ni lo mirábamos, solo era una cosa mas que teníamos que llevar para cumplir una obligación. Adentro de la carpeta y a otra cosa, mariposa. Hasta que no lo pedían en clase, quedaba ahí.

Hoy, miro mapas todos los días y no me canso. La rosa de los vientos me esta guiando por lugares impensados. Parece que fue hace mucho y es verdad, pasaron unos cuantos años y mucho hilo por el carretel pero como si  fuera ayer, la sensación es mucho más poderosa que la realidad.

A lo mejor no tenga nada que ver, pero en esas cosas que se me vienen también apareció ese concepto que me regalo Martin alguna vez. Caminando creo que por India aunque no recuerdo exactamente donde. No nos extendimos en el desarrollo porque creo que no hizo falta. Los dos sabíamos exactamente de que se trataba. Ahí me dijo: “Sabes cual es la diferencia entre certidumbre y la verdad. La certidumbre se obtiene caminando.” Exacto. Estamos caminando. Hay que seguir caminando. La verdad es superflua si te la cuentan los demás. Dejar de vivir y contar historias ajenas para equivocarse por tu cuenta (otro concepto prestado, esta vez del Hinduismo). Ese parece ser lo q mueve el motor. Por lo menos el mio. La moneda ya esta en el aire y las encrucijadas no solo están detrás, sin embargo el misterio de lo desconocido sigue siendo mas fuerte que la seguridad de la estabilidad ficcionada.

Hoy casi en la borde con China, a punto de cruzar. Solo contra el mundo o con todo el mundo para mi (aun no sé de que lado estoy) y  todavía no muy seguro de como llegue y por qué estoy acá, con un plan por delante que cambia con el ritmo que imponen las circunstancias, me sigue gustando estar donde estoy.

Si de algo estoy seguro, es que aunque las despedidas me emocionen, mucho más me emocionan los rencuentros. Me quedo solo por elección y al momento de recorrer mentalmente estos meses, reconozco que no podría haber contado con mejor compañía. Sin dudas, una de las cosas con las que me voy a quedar para siempre es con la certeza de tener ahora tres nuevos buenos amigos (a uno ya lo tenia, pero lo conocí un poco mas). Eso les dije en el saludo porque lo siento.

Mas allá de todo; solo, con amigos cerca o con amigos lejos me siento muy afortunado porque indudablemente este coronel tiene quien le escriba.

Jorge Drexler – Sea