Serena la mirada

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Afuera llueve, como casi toda la semana pasada y adentro espero como casi siempre. Estoy en un hostel mirando la gente pasar. Acá, los ocasionales visitantes solo hacen preguntas sobre donde ir y como. Otros solo pasan el tiempo como yo.

No entiendo bien que extraña razón conecta el cansancio con la falta de palabras pero lo cierto es que desde hace unos cuantos días no puedo hilvanar 2 párrafos seguidos. Tengo las ganas y la necesidad de escribir algo pero no hay caso. No voy  a poder hacer un texto congruente, menos aun después de haberlo intentado varias veces, por lo tanto me voy a limitar a enumerar algunas cosas de estos últimos días mientras voy de a poco saliendo de China. Tal vez sea el agotamiento físico que me provoco Beijing o mas certeramente un poco de vagancia para sentarme un rato frente a la computadora y dejarme llevar. Lo que sea, pero va a salir así:

*   29 horas mirando el reloj, sentado en el tren que me trajo desde Guilin a Beijing. Asiento chico, de esos que parecen cómodos pero son una tabla. La espalda me esta pasando factura.

*   No muchos turistas/viajeros internacionales sacan tickets en esta parte del tren por lo que ese día fui la atracción del vagón. Me hablan en chino, no entiendo. Hago caras, sonrío y se ríen todos los que tengo alrededor. En general estas “charlas” son simpáticas pero uno nunca sabe en que terminan. El otro día, termine con mis compañeros de asiento comiendo maní y tomando un licor de hormigas a la mañana. No te queda otra que seguirles la corriente.

*   No conseguí ni cama ni asiento para volver, así que me esperan 20 horas parado o tirado en algún pasillo. Ya me estoy quejando por adelantado. (*)

*   Ayer, fui a la Gran Muralla y como todo el mundo, camine como un condenado y volví cansado como pocas veces pero con una sonrisa pintada también como pocas veces. No hace falta describir demasiado la sensación de estar ahí arriba porque es mundialmente conocido y miles de personas lo hacen. Solo voy a decir que es muy reconfortante la experiencia de alcanzar un objetivo que ni siquiera estaba planteado.

*   Por suerte en menos de una semana me voy a Indonesia, donde espero descansar un poco.

*   Misión cumplida: yendo para la muralla vi un enano chino. No abundan, por lo que lo considero un hallazgo importante. Esa sensación de logro que todos necesitamos cada tanto. Casi tan especial como  haber llegado a la mismísima muralla. No hay registros fotográficos porque yo estaba en un auto y el cruzo la calle en el semáforo en que paramos. No me dio tiempo. Me van a tener que creer, no queda otra. Tengo si, la foto del albino. Es la de la estación de trenes pero como a Wally, hay que buscarlo entre la multitud.

*   Antes de venirme a Beijing, pase unos cuantos días en Yangshuo. Ciudad chiquita y hermosa aunque demasiado turística. Como no soy muy amigo de esas excursiones a donde va todo el mundo y además llovió varios días seguidos, solo me dedique a descansar un poco, dar vueltas como un loco y a leer. Igual, hice bastantes cosas.

*   Estoy perdiendo los pocos modales que nunca tuve, especialmente para comer. Los buenos modales como los conocemos del otro lado del mundo parece que no son los mismos que aca.

*   La experiencia CouchSurfing esta siendo más que interesante. Tal cual, como dicen todos no se trata solamente de ahorrarse el dinero del alojamiento. Difícil de explicar pero es bastante mas que eso.

*   Tal vez la casualidad o la gente que estoy conociendo pero hace ya un par de semanas que hablo/leo/sueño casi exclusivamente acerca de viajar, de lugares del mundo. Lo comento con casi cualquiera que me encuentro.  Además, leo sobre viajes, blogs, comentarios, revistas, foros y casi cualquier cosa que este relacionada.

*   Es increíblemente poderoso como cada vez que nos encontramos con alguno que viajo por India, por mas que cambiemos de tema mil veces, siempre viene alguna cosa de por ahí. Es distinto a todo.

*   No solamente que no me preocupa sino que me gusta estar en plan viajero. Siempre me toco estar del otro lado, el del que se va de vacaciones por poco tiempo y encuentra gente que hace mucho viaja, con poco rumbo y muchas ganas. Hoy, 4 meses después de haber tomado ese avión en Ezeiza, estoy viviendo una vida diferente de la cual estoy muy conforme. A lo mejor sea por eso que varias reflexiones se me vinieron acerca de este mono tema, las cuales en algún punto han sido influenciadas también en parte por aportes literarios de amigos.

*   Nico me hizo llegar un texto que ya no recordaba: “Refutación de los viajes” es una parte del libro “Crónicas del Ángel Gris” de Alejandro Dolina. Como a él, me habían prestado el libro alguna vez. Este texto que me envío lo leo cada vez que puedo y le encuentro cosas nuevas que grafican por donde va la cabeza cuando hablamos de viajar:

“…Las consecuencias del progreso de los medios de locomoción tal vez van más allá de lo que uno se imagina. Es que la existencia de aparatos tan formidables como el aeroplano debe producir transformaciones, no sólo en los usos sociales y económicos, sino también en nuestras almas. “…No hace falta decir que, en nuestros días, cualquier imbécil puede llegar a Pekín, al Congo o a ambos lugares, en muy pocas horas, sin despeinarse y sin despertar el asombro de nadie. Se comprende, entonces, que lo verdaderamente admirable de una excursión gloriosa no reside en situarse en un punto más o menos lejano, sino más bien en hacerse cargo de las penurias del trayecto…”

Escribe Manuel  Mandeb:  ”…Casi todo el mundo piensa hoy que viajar le da sentido a la vida. Muchas personas se corren hasta Italia, obtienen allí centenares de fotografías y vuelven luego enriquecidos, aunque más no sea, con un nuevo tema de conversación. Esto es aburrido, pero no perverso. Mucho peores son aquellos que dicen viajar para encontrarse a sí mismos. ¿En qué consiste este viaje? No se sabe bien. Quizás un lechuguino gasta sus ahorros en un pasaje a Calcuta. Una vez en esa ciudad, empieza a buscarse minuciosamente. Pregunto: ¿y si no está? Debe ser francamente desalentador recorrer una distancia tan grande para vivir un desencuentro. Por lo demás, bien se dice que uno no encontrará en sitio alguno nada que no haya llevado consigo. Para comprender que uno es un tonto, no es necesario trasladarse a Katmandú….”

«…Todo viajero es la mitad de sí mismo. No hay lugar en los aviones para llevar las cosas que lo completan. Esquinas, gestos, personas, vientos, olores, tapiales, saludos, colores y miradas no caben en las valijas. Se me dice que algunos hombres no conocen la querencia. Son personas incomprensibles, que se reputan ciudadanos del mundo. Yo prefiero ser criollo. No está mal contemplar las catedrales góticas, los canales de Venecia o la gran muralla. Sí está mal creer que esas contemplaciones darán sentido a nuestra vida. Para encontrarse a uno mismo no es necesario caminar mucho. Se lo digo yo, que me he rastreado por todas partes y me encontré en el patio de mi casa, cuando ya era demasiado tarde…”

*   De alguna manera este texto relativamente simple condensa un poco lo que venia pensando y sobre todo lo que voy aprendiendo de la gente que viaja conmigo aunque circunstancialmente. Cuando lo tuve en mis manos, todavía no había podido verlo con mis ojos pero a medida que pasa el tiempo, los ejemplos van llegando solos.

*   Es cierto que viajar es lidiar con las penurias del camino, pero también es cierto que no todas las veces estas se materializan y que estos escollos tienen que ver más con la cabeza que con los pies. Principalmente considero que estamos hablando de una lucha psicológica, de despojo y de acumulación, de sacar lo viejo para darle lugar a lo nuevo más que con serpientes venenosas, caminos cortados por el agua o minas antipersonales. De alguna manera, las dificultades como lo aprendido y los afectos se llevan en la mochila a todas partes. Tal vez, sea por eso que pesa tanto.

*   Hay muchos mitos sobre viajar, especialmente como mochilero. No voy a decir que no los conocía pero como ya tenia algo de experiencia no tuve que despabilarme. También es cierto que de lejos, sin siquiera haberlo intentado se tejen muchas conclusiones apresuradas, las cuales no siempre son equivocadas.

*   Lamento desilusionar a alguno si estaba pensando que estoy a 20 mil kilómetros de casa para “encontrarme a mi mismo”. No vine a eso ni creo que aun proponiéndomelo lo pueda lograr. En mi caso, como dice Dolina, no creo que haga falta subir y bajar de aviones, moverse como un loco de acá para allá o tener muchos regalos en la mochila. Simplemente, busco resultados distintos, por eso no hago siempre lo mismo. Conocer y conocerse. No hay una búsqueda alquimista ni la necesidad absoluta de saber para que ha venido uno a la tierra. Tal vez no sea eso, a lo mejor será viajar por viajar, para ir creciendo y madurando, al ritmo de las ampollas en los pies.

*   Aunque no predique con el ejemplo, viajar es solo una decisión, la de no estar quieto. Para eso no hace falta irse demasiado lejos. Una vez mas, leyendo Orsai leí esta frase que le pertenece a Albert Casals y que es tan simple como efectiva:

“Cuando haces lo que de verdad quieres, el universo entero conspira a tu favor. Mira alrededor y decide: tú puedes elegir vivir triste o contento.”

Al final, todas estas viñetas sueltas son una excusa para subir las fotos aunque mi cámara ya no es la que era y tengo que sacar muchísimas para seleccionar alguna imagen potable.

Solo espero que esta falta de imaginación sea temporal porque de lo contrario este blog se va a transformar en una lista de supermercado.

La Mancha de Rolando – Vagabundear

(*) La queja estaba mas que fundada. Ahora con el diario del lunes puedo decir que me quede corto